Durante 34 años, Matías Calleja ha sido el enólogo de Bodegas Beronia y durante una reciente entrevista con el diario El Comercio explica los secretos del vino al que la bodega dedica el 70% de su producción: Beronia crianza.

No. 1 Lo que hay en la botella. “Beronia Crianza es el fruto de una manera muy determinada de hacer las cosas. Nosotros buscamos elaborar vinos que sean diferentes, que tengan un estilo propio. Beronia, sin perder esta filosofía, es un Rioja, que es lo que buscan nuestros clientes. Es un vino que está perfectamente equilibrado en cuanto a estructura, en cuanto a acidez y madera. Nosotros siempre buscamos que predomine la fruta sobre la madera. Es un vino fácil, que nos da mucho trabajo para conseguir que sea así. Ponemos el foco en que debe ser un vino polivalente: tiene que servir para el chateo es decir para tomar vino por copas, para tomarlo con una tapa y también un vino que soporte una gastronomía no excesivamente compleja, pero que aguante una comida. Además debe conservarse bien en casa, debe soportar bien el tiempo en la botella.”

No. 2 La calidad en el volumen. “(Logramos mantener la calidad…) Con mucho trabajo. Supone una gran dedicación. Nosotros hacemos muchas, muchas botellas de vino y aspiramos a cumplir con el concepto de bodega que tiene el grupo al que pertenecemos, Gonzalez Byass: una bodega que haga vinos de calidad. Disponemos de más de 40% de viñedos con más de 40 años, que es una pasada, y ese es el gran secreto de nuestros vinos. Tenemos más de 30.000 barricas con una edad media de 4 años, que es muy buena. aparte, nosotros para hacer esa producción tenemos una gran parte estandarizada. Al final es una gran labor de equipo y ponemos el foco es en el cliente. Es nuestra filosofía: que le guste al cliente. Y a esto destinamos muchos esfuerzos.“

No. 3 Los premios. “Siempre cuidamos la calidad de sus productos, algo fuera de toda duda, con las 25 medallas que recientemente hemos conquistado no sólo para nuestro Beronia Crianza, sino también para nuestros otros vinos, reservas, gran reservas y los más pequeños, monovarietales, de pequeñas parcelas para los que jugamos con la orientación de los viñedos, con los ‘terroir’.