3 armonías de vinos de Fusari y platos de Fenicia restaurante

Fenicia Restaurante, institución gastronómica de Caracas con una historia de casi seis décadas, tiene en su carta algunos de los vinos de Distribuidora de Alimentos Fusari y aquí ofrecemos algunas ideas para armonizarlo con su menú de comida árabe libanesa.

Gineprone Chianti. Este Chianti de Col d’Orcia que tiene como particularidad que aparte de la variedad sangiovese incluye un 10% de cabernet sauvignon, parece en un primer momento una elección exótica al momento de tener al frente el menú de Fenicia, sin embargo, tras haber degustado varios de sus platos consideramos que con las albóndigas daudbacha -elaboradas con carne de res y cordero y rellenas de cebollas y piñones levemente especiadas y servidas bañadas en salsa tomate al estilo libanés- así como la muhammara o crema de pimentón con un puntual toque picante Gineprone logra matices que hacen lucir su fresca acidez y sus notas que recuerdan al café. Sin lugar a dudas una combinación sofisticada para almuerzos o cenas en las que el tiempo no es problema y hay la oportunidad de entregarse al disfrute gastronómico.

La Joya Carmenere. Con sus notas especiadas, la cepa carmenere es de las que ´de forma más natural se prestan para estas armonías. Por ejemplo, con la carne de cordero como plato principal la combinación es deliciosa, con la carne aportando suculencia y el vino llevando los sabores. Pero en un contexto más casual con los platos con berenjena, el crujiente falafel de Fenicia e incluso con un shawarma puede ser la pieza que falta para ese rompecabezas que siempre es un almuerzo de negocios.

Domaine de Pellehaut, L’été Gascon. Lo primero que con justicia viene a la mente al pensar en este vino elaborado con las variedades gros manseng y chardonnay y de carácter semi-dulce son los exquisitos dulces en los que miel, agua de rosas, frutos secos y masa filo, entre otros ingredientes, se conjugan para dar a cada comida un cierre exótico. Y efectivamente, este blanco francés sabe llevar el dulzor y matizar con destellos de acidez los sabores de estos postres, pero es en las combinaciones más arriesgadas en las que las armonías se potencian. Por ejemplo, al probar los choricitos de cordero makanek servidas sobre mantequilla y limón, en cada bocado la sensación untuosa llama a un vino como éste y la armonía es juguetona y sabrosa. Además, con la clásica crema de garbanzos o hummus hay otra mirada poco convencional pero ricamente contrastada para las personas sin prejuicios a la hora de sentarse a la mesa.

Novedades